HUESCA
El ascenso de categoría no me permitía seguir en Binéfar, así que tuve que pedir traslado a Huesca. Era el año 1980.
Durante unos meses estuvimos en un piso alquilado, hasta que compramos uno. Nos mudamos al piso nuevo, justo, el 23 de febrero de 1981.
Para poder pagarlo tuvimos que vender el piso que teníamos en Lérida y algunos terrenos que había heredado Celia.
Y, desde entonces, continuamos viviendo en Huesca, aunque vamos todas las semanas a Poleñino, para ocuparnos del huerto.
Desde que me jubilé, en 1995, puedo dedicarle más tiempo.