SETERO, CARACOLERO Y OTROS OFICIOS
Cuando era niño, mi hermano Pascual me había enseñado a reconocer las setas situándome de cara al sol..., ya que, de esta manera, se apreciaba el brillo en su lomo.
Ya de adulto, cuando tenía oportunidad, salía al campo a coger robellones, champiñones, setas de cardo...
Los estudios de Derecho me los pagué con los caracoles que cogía en los campos de Binéfar, y que vendía en Tamarite.
Un día cogí casi un saco de caracoles. La señora Abdona (lo de suegra no me suena bien), le dijo a Celia: "Ahora ya me puedo morir tranquila, con este hombre no pasarás hambre."
Para obtener más ingresos para la familia, también trabajé unos años en una gestoría (por las tardes), hacía declaraciones de la Renta cuando era la época, etc.